Puños en alto. ¡Silencio total!

Por: Cecilia Paredes Soto

Muchos habíamos escuchado del terror y las hazañas el 19 de septiembre de 1985 pero no pensamos que nos tocaría vivirlo, curiosa cuestión que en el aniversario de dicho evento viviéramos uno similar, las manos no faltaron y todos aquellos que en otras ocasiones se habían mostrado indolentes ayudaron en medida de sus capacidades para regresar a la normalidad.

En todo el mundo se escuchó la tragedia y se habló con admiración sobre la cantidad de personas dispuestas a ayudar; desde el ejército con su famoso plan DN-III, hasta la gente que hacía cadenas humanas para evacuar los escombros de los edificios... se hicieron colectas, se pusieron en marcha los hospitales móviles y por unos días todo el país se unió ante el desastre.

Un año después nos sigue estremeciendo el recuerdo de las personas siendo rescatadas de los escombros, nos recuerda que somos vulnerables ante esos eventos, sin embargo ¿cuántos hemos hecho algo por prepararnos?

Podríamos pensar que no hay gran cosa que prevenir ante desastres naturales, pero no es del todo cierto, es imposible predecir el día y la intensidad de un desastre, podemos recibir entrenamiento sobre qué hacer ante eventos adversos, incluyendo incendios, sismos o algo menos dramático como un accidente en casa, escuela o trabajo, no sólo las grandes instituciones que conocemos imparten dichos cursos, hay una gran cantidad de personas preparadas dedicándose a impartir cursos a las personas para prepararlas.

Lo que conocemos como Protección Civil engloba cursos de preparación en diferentes aspectos, desde Primeros Auxilios hasta Búsqueda y Rescate en Estructuras Colapsadas (BREC), si bien como la mayoría de las instituciones de gobierno no da abasto para capacitar a toda la población existen profesionales que ofrecen darnos la preparación necesaria para hacer frente a eventos como los que aquejaron al país en el 85 y apenas hace un año.

Pequeños actos pueden tener grandes consecuencias, cómo aplicar una gasa mojada a una quemadura o saber utilizar una pala o un pico, está en nosotros decidir si queremos estar listos para la siguiente vez que se necesite y poder acercarnos para ser parte de la solución... contribuir con más que una moneda en las colectas.